Toyota está redefiniendo su buque insignia de lujo, el Century, como una marca independiente que rivalice con Rolls-Royce y Bentley. La medida se anticipó en el Japan Mobility Show con el Century Coupe, un llamativo vehículo de dos puertas de gran altura con acabado en un naranja vibrante. A diferencia de la mayoría de los fabricantes de automóviles de alta gama que optan por los vehículos eléctricos, Toyota confirma que el Century no se volverá eléctrico.
Un legado reinventado
Durante décadas, el Century ha sido la elección discreta de ejecutivos y dignatarios en Japón. Ahora está entrando en competencia directa con los fabricantes de automóviles más exclusivos del mundo. Esto es significativo porque las marcas de lujo dependen cada vez más de las plataformas de vehículos eléctricos para ganar prestigio, y los sistemas de propulsión eléctricos se están convirtiendo en un símbolo de estatus en sí mismos. El desafío de Toyota a esta tendencia sugiere una apuesta a que los motores de combustión interna tradicionales –o híbridos– todavía pueden controlar una cuota de mercado de lujo.
Las opciones del tren motriz permanecen abiertas
El presidente del sistema de propulsión de Toyota, Takashi Uehara, ha confirmado que el nuevo Century tendrá un motor, aunque el tipo exacto sigue sin decidirse. Los modelos actuales utilizan un V8 o un V6 híbrido enchufable de 3,5 litros, lo que hace que esas opciones sean lógicas en términos de rentabilidad.
Sin embargo, Toyota no descarta opciones más ambiciosas. La compañía podría aprovechar el próximo V8 biturbo que se espera en el GR GT, un modelo de alto rendimiento que apunta al Mercedes-AMG GT, aunque probablemente con una configuración desafinada para una experiencia de lujo más refinada. Uehara señaló que los plazos de desarrollo se han acortado, lo que significa que las decisiones se tomarán rápidamente.
Por qué esto es importante
Llama la atención la decisión de Toyota de evitar la electrificación de la marca Century. Si bien muchas marcas de lujo están compitiendo hacia líneas totalmente eléctricas, Toyota apuesta a que todavía hay demanda de sistemas de propulsión de lujo tradicionales. Esto podría ser un movimiento estratégico para atender mercados específicos, como Japón, donde la tecnología híbrida sigue siendo popular, o un riesgo calculado para diferenciarse en un espacio abarrotado de vehículos eléctricos.
El Century de Toyota está apostando por la permanencia del lujo no eléctrico, una apuesta que podría redefinir la forma en que los fabricantes de automóviles de alta gama abordan las opciones de sistemas de propulsión.





























