Los crecientes costos de reparación de automóviles impulsan la demanda de garantías

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La edad promedio de los vehículos en las carreteras del Reino Unido está aumentando: ahora es casi 10 años, 2,5 años más que en 2015, según la Fundación RAC. No se trata sólo de que los coches duren más; refleja un cambio en el comportamiento del consumidor y las presiones económicas.

Varios factores contribuyen a esta tendencia. El costo de reemplazar un vehículo viejo por uno nuevo está aumentando, lo que lo hace menos atractivo para muchos hogares. La crisis más amplia del costo de vida obliga a las familias a priorizar el gasto en otras cosas, y la percepción de que los automóviles modernos son intrínsecamente más confiables también influye.

Sin embargo, incluso los vehículos modernos con buen mantenimiento son propensos a sufrir averías. Los puntos de falla tradicionales, como las cadenas de distribución, los diferenciales y las cajas de cambios, siguen siendo comunes. Los automóviles más nuevos introducen nuevas vulnerabilidades, incluidos filtros de partículas diésel, sistemas mecatrónicos complejos e incluso componentes de alto voltaje en vehículos híbridos y eléctricos.

El precio de las reparaciones también está aumentando considerablemente. Los costos de las piezas han aumentado alrededor de un 35% desde 2020 debido a problemas en la cadena de suministro y a la inflación de las materias primas. Los precios de la mano de obra en los talleres también están aumentando: los costes medios por hora ya eran de £76 hace dos años, y probablemente sean más elevados hoy debido a la inflación salarial y el aumento de los gastos generales.

Ante estos crecientes gastos, más propietarios de automóviles están recurriendo a garantías del mercado de repuestos. Un proveedor líder informa un aumento anual constante del 14 % en las ventas de garantía durante los últimos cuatro años. El mantenimiento regular puede ayudar a identificar problemas tempranamente, pero las fallas inesperadas siguen siendo un riesgo financiero importante para muchos conductores.

La tendencia sugiere que los consumidores están buscando proactivamente protección financiera contra los crecientes costos de propiedad de un automóvil, en lugar de depender únicamente de la longevidad del vehículo o de las garantías del fabricante.