El legado de Ferdinand Piëch, ex director general del Grupo Volkswagen, es complejo. Durante su liderazgo de 2013 a 2022, la compañía vio cómo se hacían realidad ambiciosos proyectos de ingeniería como el Bugatti Veyron, junto con empresas menos exitosas. Si bien es recordado tanto por sus visiones innovadoras como por sus costosas iniciativas, un prototipo único de Audi ejemplifica su impulso para explorar nuevas posibilidades: el “TT Coupé RS4”.
La génesis de un híbrido inusual
Antes de liderar el Grupo Volkswagen, Piëch desempeñó un papel clave en el desarrollo de vehículos icónicos, incluidos el Porsche 917 y los autos de carreras Audi Quattro. Este espíritu de innovación continuó durante su mandato, y este doble TT es un excelente ejemplo de esa búsqueda.
Este vehículo inusual, fotografiado por rare_cars_deutschland, no es un Tourist Trophy estándar. Creado en aproximadamente ocho meses, es el resultado de una sorprendente combinación: una carrocería original Audi TT montada sobre los soportes de un RS4 Avant de primera generación. En esencia, es un B5 RS4 Avant efectivamente “rematado” con una carrocería TT de octava generación.
Probando el terreno para un auto deportivo de alta gama
A principios de siglo, Audi estaba considerando un coche deportivo situado por encima del modelo TT existente. El Audi R8, tal como lo conocemos hoy, aún no había sido concebido; su vista previa a través del concepto Le Mans Quattro de 2003 no se produciría hasta más tarde, y la producción comenzó en 2006. Para medir el interés y explorar el concepto, los ingenieros de Audi emprendieron este audaz experimento: combinar la plataforma robusta del RS4 Avant con el diseño más compacto del TT.
El equipo de ingeniería no se limitó a intercambiar paneles de carrocería; Integraron casi todos los componentes cruciales. Esto incluía los ejes, el motor, el diferencial trasero, las ruedas y la transmisión.
Soluciones de ingeniería únicas
Para garantizar que las proporciones se mantuvieran constantes, el chasis se acortó 6,7 pulgadas (170 milímetros) delante del tanque de combustible, coincidiendo con la distancia entre ejes del TT. Este inusual prototipo también incorporó el motor V-6 biturbo de 2,7 litros del RS4, una característica nunca antes vista en un TT, ya que las dos primeras generaciones dependían de motores VR-6. En particular, el V-6 se montó longitudinalmente, a diferencia del diseño transversal de los TT estándar.
El tren motriz también recibió una mejora significativa, pasando de un diferencial Haldex a un sistema Torsen más orientado hacia atrás, tomado directamente del RS4. Esta configuración, combinada con una caja de cambios manual de seis velocidades, entregaba 375 hp y 325 lb-pie (440 Nm) de torque a las cuatro ruedas, convirtiendo al “TT Coupe RS4” en una máquina de alto rendimiento.
Impresionantes cifras de rendimiento
El resultado fue un vehículo con un rendimiento excepcional. Con una capacidad de acelerar a 100 km/h (62 mph) en sólo 4,9 segundos y una velocidad máxima de 280 km/h (174 mph), la velocidad del automóvil demostró su capacidad. Aunque el cambio de plataforma añadió algo de peso, con un peso en vacío de 3.417 libras (1.550 kilogramos), era sólo ligeramente más pesado que el posterior TT con motor VR-6, presentado en 2003.
Una joya rara y su legado
El ex jefe de producto de quattro GmbH (ahora Audi Sport), Stephan Reil, en una entrevista de 2013, describió el TT Coupe RS4 como “increíblemente divertido de conducir” e incluso afirmó que “superaba a un 911 en ese momento”. Pruebas exhaustivas revelaron que acumuló casi 12.500 millas (20.000 kilómetros).
Al final, el coste de una versión de producción resultó prohibitivo y el Grupo Volkswagen persiguió su objetivo de crear un superdeportivo por encima del TT a través del R8, un gemelo del Lamborghini Gallardo. Aunque tanto el TT como el R8 han sido descontinuados, Audi tiene la intención de volver a ingresar al mercado de autos deportivos con una versión de producción del Concept C en 2027, esta vez adoptando un sistema de propulsión totalmente eléctrico. Este prototipo singular ofrece una visión fascinante de lo que pudo haber sido y ejemplifica el espíritu innovador que caracterizó la era Piëch en Volkswagen.













































