El Vauxhall Mokka GSE no es la típica renovación de un vehículo eléctrico. Aunque visualmente sutil, el GSE (Grand Sport Edition) se centra en mejoras de manejo en lugar de un estilo superficial. Los cambios exteriores incluyen nuevos parachoques, parrillas y detalles en amarillo; un techo negro estándar (eliminación opcional) y un capó negro opcional (£ 250), que recuerda a los autos de rally clásicos Opel/Vauxhall.
Bajo la piel: importantes mejoras del chasis
Los verdaderos cambios se encuentran debajo de la superficie. El GSE cuenta con suspensión rebajada (10 mm), resortes más rígidos (49 % delante, 35 % detrás) y un diferencial delantero con bloqueo Torsen (36 % de aceleración con bloqueo/34 % de frenado). La barra de torsión trasera se beneficia de un aumento del 189 % en la rigidez del balanceo, lo que aumenta la rigidez general en un 48 %. Los nudillos de puntal MacPherson modificados (no “Hiperstrut” como el antiguo Astra VXR) se adaptan a ruedas más grandes manteniendo un círculo de giro reducido de 10,41 m.
La cremallera de dirección se ha actualizado a una relación más rápida de 14,5:1 (de 16,2:1), lo que reduce los giros entre cerraduras a 2,7. Los frenos se actualizaron a discos ventilados delanteros de 380 mm y traseros de 268 mm, con el modo Sport eliminando el frenado regenerativo para mejorar la sensación del pedal, una característica compartida con hipercoches como el Lotus Evija. Los Michelin Pilot Sport EV (225/40) son estándar, con los Goodyear Eagle F1 como opción de £ 100, lo que amplía el alcance WLTP a 209 millas.
Interior y rendimiento
En el interior, el GSE cuenta con asientos deportivos, paneles de puerta de Alcántara, un volante aplanado y costuras amarillas, lo que realza el ambiente con respecto a los modelos estándar. Los asientos ofrecen un excelente soporte sin ser demasiado agresivos. El tren motriz eléctrico de 277 CV ofrece un tiempo de 0 a 100 km/h en 5,9 segundos con un peso de 1.596 kg. La respuesta del acelerador es suave, y se permite algo de ruido de neumáticos dadas las ruedas de 20 pulgadas.
Dinámica de manejo: un artista sorprendente
El Mokka GSE destaca por su manejo. El chasis está bien controlado, lo que permite un balanceo moderado y al mismo tiempo se mantiene estable en las curvas. La dirección es medianamente pesada, incisiva y proporciona sensación de carretera. El diferencial de bloqueo introduce un ligero torque en la dirección, añadiendo carácter. En la pista, se puede hacer que el coche se mueva, aunque no hasta los extremos de los rápidos Ford clásicos o los Renaultsports.
La sensación de frenado es firme y confiable en el modo Sport. Vauxhall vincula deliberadamente este derivado con su herencia de desempeño, una rareza en un mercado dominado por las nuevas marcas de vehículos eléctricos. El coche no es la elección natural para un hatch deportivo, pero cumple.
Conclusión
El Vauxhall Mokka GSE es un vehículo eléctrico inesperado para el conductor. No es llamativo, pero ofrece un manejo atractivo y una sorprendente cantidad de diversión. A pesar de su estilo de carrocería crossover, se destaca como una variante de rendimiento bien ejecutada, lo que demuestra que incluso los candidatos más improbables pueden ofrecer una experiencia de conducción gratificante.










































